Recibir dinero del exterior puede ser un alivio enorme para cubrir gastos o apoyar a tu familia, pero sin una buena gestión ese dinero desaparece más rápido de lo que imaginas. Muchas personas sienten que el esfuerzo de sus seres queridos no rinde lo suficiente y eso genera frustración.
La buena noticia es que no necesitas fórmulas complejas para cambiar esta realidad. Con hábitos financieros simples como registrar tus gastos, separar una parte para el ahorro y revisar tus suscripciones puedes lograr que tus ingresos duren más y trabajen a tu favor.
Adoptar estas prácticas te permitirá mejorar tu salud financiera, reducir el estrés y alcanzar objetivos más grandes con el mismo dinero. Lo importante es empezar con pasos pequeños, pero constantes.
Sigue leyendo con Acciones & Valores y descubre cómo estos hábitos pueden marcar una diferencia real en tu día a día.
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Registrar tus gastos: el primer paso hacia el control
Imagina que cada moneda que sale de tu bolsillo es como una gota de agua que cae en un balde con pequeños agujeros. Si no observas dónde están esas fugas, nunca sabrás por qué el balde parece vaciarse tan rápido. Así funciona con tu dinero: si no llevas un registro, es muy fácil perder el control.
Un error común es pensar que solo los grandes gastos importan. Sin embargo, los llamados gastos hormiga —cafés, comidas rápidas, apps de transporte o pequeñas compras en línea— pueden sumar más de lo que imaginas al final del mes. Registrar estos movimientos te permite identificar esas fugas invisibles y tomar decisiones conscientes.
La clave está en la constancia, no en la complejidad. Puedes hacerlo con una libreta sencilla, en una hoja de cálculo o usando aplicaciones gratuitas como Fintonic, Money Manager, Monefy o incluso las funciones de Nequi y Daviplata que ayudan a organizar categorías de gasto. Lo importante es anotar cada gasto, por pequeño que sea, y luego clasificarlos: alimentación, transporte, entretenimiento, deudas, ahorro. Con el tiempo, verás patrones claros y sabrás dónde ajustar.
Piensa en este hábito como encender la luz en una habitación oscura: de repente, lo que parecía desordenado cobra sentido. Al hacerlo, cada vez que recibas dinero del exterior, podrás integrarlo en tu registro y asegurarte de que no se pierda entre los gastos del día a día, sino que tenga un propósito definido.
Diseña un presupuesto mensual realista
Tener un registro de tus gastos es solo el primer paso; el siguiente es darles un orden. Para eso sirve un presupuesto: es como un mapa que te muestra hacia dónde va tu dinero y cómo puedes dirigirlo mejor. Sin él, corres el riesgo de gastar sin rumbo y quedarte corto antes de fin de mes.
Un presupuesto mensual realista no significa limitarte a lo imposible, sino ajustar tus finanzas a tu realidad. Una herramienta sencilla es la regla 50/30/20: destina el 50 % de tus ingresos a necesidades básicas (alimentación, vivienda, transporte), el 30 % a deseos (ocio, entretenimiento) y el 20 % al ahorro o pago de deudas. Lo importante es adaptarla a tu situación personal.
Cuando recibes ingresos adicionales, como recibir dinero del exterior, este debe integrarse dentro de tu presupuesto. En lugar de gastarlo de inmediato, decide qué parte se sumará a tus necesidades, qué fracción será para pequeños gustos y cuánto irá directo al ahorro. Así, cada envío tendrá un impacto real en tus metas financieras.
Un buen presupuesto no es estático. Debes revisarlo al menos una vez al mes para ajustar cifras, recortar en lo que no usas y redirigir recursos hacia lo que realmente importa. Al hacerlo, no solo sabrás en qué se va tu dinero, sino que tendrás la tranquilidad de que cada peso tiene un propósito.
Ahorra una parte de cada ingreso
Ahorrar no es una acción de “cuando sobre dinero”, sino un hábito que se construye con disciplina. Aunque pienses que tus ingresos son justos, separar una parte de cada entrada —incluyendo cuando logras recibir dinero del exterior— puede marcar la diferencia entre vivir al día o avanzar hacia tus metas.
Lo recomendable es fijar un porcentaje fijo: por ejemplo, el 10 % o 20 % de todo lo que recibes. Puede parecer poco al inicio, pero con constancia verás cómo tu fondo crece y se convierte en un respaldo para emergencias, estudios o incluso para invertir. El secreto está en que este ahorro se convierta en automático, casi como pagar una factura más.
Una estrategia práctica es abrir una cuenta o billetera digital destinada solo al ahorro. Así evitas la tentación de gastar lo guardado y mantienes el dinero separado de tus gastos cotidianos. Incluso puedes programar transferencias automáticas para que el ahorro ocurra sin que tengas que pensarlo dos veces.
Recuerda: el ahorro no es una meta, es un hábito. Y cuanto antes empieces, antes verás resultados. No importa el monto inicial, lo que realmente importa es la constancia y la claridad de propósito que pongas en cada peso que guardes.
Revisa tus suscripciones y gastos recurrentes
Hoy en día es muy fácil acumular suscripciones: plataformas de streaming, apps de música, membresías de gimnasios o incluso seguros que ya no usas. El problema es que, al ser montos pequeños, casi ni los notas… hasta que juntas todo y descubres que se llevan una buena parte de tu presupuesto.
La solución es simple: revisar tus estados de cuenta cada mes. Identifica qué servicios realmente usas y cuáles podrías cancelar. Recuerda que esos $20.000 o $30.000 que pagas por algo que ya no aprovechas pueden convertirse en un refuerzo para tu ahorro o en el pago de una deuda pendiente.
Si recibes ingresos adicionales, como cuando logras recibir dinero del exterior, es aún más importante que no se diluyan en gastos invisibles. Tener control sobre estas pequeñas salidas de dinero hará que cada envío tenga un mayor impacto en tu bienestar y en tus metas financieras.
Existen aplicaciones que facilitan esta tarea mostrando en un solo lugar todas tus suscripciones. Usarlas te ayuda a tomar decisiones rápidas y a recuperar el control de tu dinero sin necesidad de grandes sacrificios
Haz que tus hábitos se potencien con soluciones digitales
Adoptar hábitos financieros diarios es más fácil cuando cuentas con herramientas que te apoyan. Con Envíos Online de Acciones & Valores puedes enviar dinero desde Colombia al exterior en minutos, sin desplazarte y con total seguridad.
Y si eres de los que logra recibir dinero del exterior, el servicio de Abono en Cuenta te permite recibir tus giros en tu cuenta bancaria, rápido y sin filas. Así, cada peso llega a tus manos de forma segura y puedes integrarlo de inmediato en tu presupuesto, tu ahorro o tus metas financieras.
Convierte tus hábitos financieros en oportunidades reales
Los grandes cambios comienzan con pasos pequeños. Registrar tus gastos, diseñar un presupuesto, ahorrar con disciplina y evitar deudas malas son hábitos que, con constancia, transforman tu relación con el dinero. Y si a esto sumas decisiones inteligentes al recibir dinero del exterior, cada envío se convertirá en una oportunidad real para avanzar hacia tus metas.
En Acciones & Valores te facilitamos la vida: con Envíos Online haces tus giros internacionales de manera rápida y segura, y con Abono en Cuenta recibes el dinero del exterior en tu cuenta bancaria sin complicaciones.
Así, no sólo construyes buenos hábitos financieros, sino que también cuentas con herramientas que hacen más sencillo manejar tu dinero dentro y fuera del país.