La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría mantener inalterada la tasa de política monetaria en 9.25%, en una decisión que confirma un enfoque claramente prudente y dependiente de la información, en un contexto macroeconómico caracterizado por señales mixtas entre inflación, crecimiento y riesgos macrofinancieros. Si bien el proceso desinflacionario continúa avanzando, su ritmo sigue siendo gradual e irregular, lo que limita el espacio para una relajación monetaria más acelerada.